Texto y fotos: Mailen Fox

 

A pocos días de la aprobación de Decreto que modifica el Código Penal y legaliza el aborto en Oaxaca, la marea verde se propagó envalentonada, al son de “abortemos el patriarcado”.

Esta impronta se dejó ver en la estética de las manifestantes que combinan el pañuelo con inscripciones en el cuerpo, están quienes se tapan la cara, quienes se maquillan y quienes aprovechan para prescindir los cánones que el mercado designa sobre nuestros cuerpos. La creatividad y la suspicacia de las consignas son un elemento común en Latinoamérica: a través de las pancartas se tematiza la desigualdad que sufren las disidencias, las canciones operan como instancias donde se ponen límites, las inscripciones en las paredes y los pisos reconstruyen las demandas que se aglutinan detrás del derecho al aborto.

La táctica y la estrategia, conseguir el aborto legal en todo el país y la autonomía de los cuerpos gestantes, se articulan continuamente en las narrativas que se propagan como pueden cercadas por un despliegue de seguridad un tanto satírico. Las policías capitalinas acompañaron toda la gesta y fueron interpeladas con mensajes que cuestionaban: ¿Dónde están cuando nos asesinan? La gimnasia organizacional marchó con apenas algunos contratiempos. Un megáfono que pasó por muchas manos orientó la columna que terminó frente al escenario montado en el Zócalo donde circuló la palabra de muchas organizaciones, entre ellas la madre de María de Jesús Jaime Zamudio que exigió justicia por el asesinato de su hija, y Olimpia Coral, quien impulsó la ley contra la difusión de contenido sin consentimiento.

La marea verde se extiende en México para exigir los derechos que nos han sido negado durante años. Recibir educación sexual, poder decidir sobre nuestros cuerpos pero sobretodo que el Estado garantice que cualquier mujer que decida no ser madre obtenga un trato digno, libre de estigmatización y con los cuidados necesarios para no formar parte de las, aproximadamente, 1000 mujeres que mueren anualmente en el país al realizarse un aborto clandestino o con mala sepsis.

¡La maternidad será deseada o no será!

Mailen Fox

Tengo 28 años y estoy de intercambio en la Unam, soy estudiante de Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires. Además soy Lic. en Comunicación Audiovisual y me apasiona el fotoperiodismo intermitente