Agosto sucedió entre la cuarentena y la #NuevaNormalidad. Adentro y afuera… ¿qué hay en medio? Emociones, claro. Rutinas aceptadas, reflexiones y disyuntivas.

Con timidez, la “vida de antes” se hace presente. El trabajo nos hizo abandonar la zona de confort que representó el encierro prolongado. Recibimos el cambio con tristeza pero también con emoción.

Además, salimos de casa a una cita en el INE, al tianguis y a despedirnos de una calle. Los recuerdos de cuando podíamos ser pata de perro sin restricciones sanitarias nos inundaron.

Y aun desde casa, la virtualidad nos dio oportunidad de salir; conocer a otras mujeres que, como nosotras, se están cuestionando todo, están desaprendiendo cosas y desde ahí conectamos.

Agradecemos la vida, la casa, la familia que desde lejos nos apoya y fluimos. Ya no vamos contracorriente.

Susana Colin

 

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Sábado 1 de agosto del 2020

Soy fuego que te consume mientras beso tus senos.
Soy agua corriendo por tu cuerpo.
Soy aire cuando me cuando me besas.
Soy tierra cuando me deshago entre tus manos.

Ultravioleta

Sábado 1 de agosto del 2020

Síndrome post cuarentena

Qué sentido tendría todo esto vida mía, sin la muerte esperando a la vida, jugando a la lotería.

Pleno fin del mundo y uno siempre tiene tiempo para tener las emociones alteradas. Qué grande el mundo y qué chiquitos nuestros problemas. Segundo día desde que dejé mi casa para poder seguir chambeando, produciendo, esperando que el sistema siga teniendo un lugar para nosotros, y así seguir llevando la existencia.

Así, va todo en Puebla, en un pueblito sin plaza / tianguis/mercado/NADA. Jornada laboral de 10 horas, un ojo al trabajo, otro al virus y otro al garabato.  Luego pienso en la comida deliciosa que preparaba mi mamá y mi hermana, los bisquets de la colonia que mi papá siempre me convencía de comprar, en la cantidad de chilacas que quemé en la estúfa para que alguien más las pelara (porque a mí me da ansiedad), las aguas de semilla de melón, o pepino, o avena a las que mi hermana le aventaba algunas hierbitas, a ver cómo sabían, en los mojitos que tomamos y las papitas que comimos.  Y me dan ganas de llorar mientras acá solo puedo comprar papitas en la tienda, un pan bimbo y agüita para disolver café para poder salir de la cama (en realidad un colchón inflable), con un poquito de ganas, para no pensar en lo que dejé atrás, sabiendo que no iba a durar para siempre.

Nadie me dijo que se sentiría tan feo dejar mi casa después de un encierro con las personas que más quiero en el mundo.

Negrita Cucurumbé

 

Sábado 8 de agosto del 2020

Después de una ausencia larga. Tu sonrisa era llenó mi alma.  Buscabas asilo para una noche, junto con tu pareja. Te ofrecí mi casa.

¿Cuánto tiempo llevan?, pregunté.

Juliana estaba por responder y la interrumpiste. “Tiene mucho que nos dejamos de ver ¿por qué quieres saber?”

Me quedé callada. Me retire a mi alcoba para dejarlos descansar.

 Desperté con la sensación de haberte reconstruido de una forma tan viva. Conscientemente eliminé casi todo lo que eras. No recuerdo exactamente porque me caías tan mal. Pero al soñarte mi cerebro unió las piezas. Tú me hubieras hecho sentir incómoda conmigo misma.

¿Sabes que me sorprendió más? que mi cerebro al no saber la respuesta a mi cuestionamiento creo una situación para que no existiera respuesta.

Senderepia

Miércoles 12 de agosto del 2020

Nos despedimos de Bucareli. De las cazuelas, las gelatinas, y del Reloj Chino. De la muchacha que vende pepitas, del puesto de lotería y del caballito.

Pasamos por donde se ponen los tacos nocturnos, enfrente de la cantina donde hay karaoke los jueves. La panadería, el bar nice y la estación de metrobús.

Todo se acaba y esta calle parece tan distinta a aquella que se mira en las fotos de hace 50 años. Carruajes, tranvías, carros y bicicletas. Ya nos volveremos a encontrar Bucareli querida.

Susana

Jueves 13 de agosto del 2020

Me gustan los jueves porque son días de tianguis. Después de desayunar meto cuatro bolsas de manta al carrito de mercado, me pongo el cubrebocas y me preparo para salir. Al avanzar, sus llantas viejas van sonando, un ruidito que ha acompañado las compras de mi abuela, de mis tías y de mis primos por al menos 20 años.

Desde que los contagios aumentaron tratamos de evitar las aglomeraciones del mercado de Portales y volvimos a hacer las compras semanales en el tianguis que se pone a tres cuadras.  –¿Qué va a llevar hoy joven?- me dice la señora del jengibre y los elotes. Le compro dos ramitas de cúrcuma y me paso a la fruta y la verdura. Pongo en práctica todo lo que mi mamá me enseñó al momento de escoger y me lavo frecuentemente las manos con gel antibacterial.

A este tianguis acompañaba a mi abuela cuando tenía entre 4 y 5 años. Aquí me compró mis primeros dinosaurios, los que tenían sus nombres científicos en la pancita. Fue aquí que conocí el queso Oaxaca tan característico de la ciudad de México, ese que siempre extrañé mientras viví en mi otra tierra. Al caminar entre los puestitos me asomo entre las lonas para ver el edificio de departamentos en el que viví con mi familia hace muchísimos ayeres.

-¿De qué le voy a poner su pilón joven?- me pregunta la señora de las quesadillas. Con el carrito lleno camino de regreso y pienso en la potente verdad que encierra la frase “Uno siempre termina volviendo a los lugares que amó”.

Humberto

Lunes 17 de agosto del 2020

Por fin llego el “gran día” para mi hermano pequeño, hoy irá a tramitar su INE.

Cuándo fue su cumpleaños me pidió que lo acompañará, su cita era a las 10:48 se nos hizo tarde para variar. Llegamos en punto al módulo y él se formó rápido mientras yo me paraba al lado contrario de la fila y solo lo observaba, pasó el primer filtro y lo mandaron a sentarse para que le revisaran sus papeles, yo no dejaba de observar, “H” me dijo “te pareces a las mamás del Kinder” y en mi mente paso toda una vida de recuerdos, pues sí, se me asemejó cuando lo iba a dejar a la primaria e iba por él a la salida, ahora ese pequeño niño regordete es todo un joven largucho.

Hermana Mayor

Jueves 20 de agosto del 2020

Feliz Cumpleaños

Gracias. Siempre que da la vuelta al sol el mundo uno debe decir Gracias. Bueno en realidad debe decirlo siempre. Cada año me resulta intenso, sorprendente, este año no ha sido la excepción.

Ojalá alguien nos dijera cómo va el camino adelante, pero no, siempre es así y si nuestros padres nos advirtieron que la vida siempre cambia, pues parece que nunca los escuchamos.

 Mi vida ha cambiado. Para bien o para bien jejeje. No lo sé a ciencia cierta.  El año pasado  mi corazón latía a mil por hora; tuve aciertos y desaciertos. Me reí tanto como pude. Escribí tanto como me salían las palabras.

Me la pasé reflexionando y alegrándome de mi buena suerte. Me movió mucho  el dejar  muchas cosas y situaciones de mi vida. Un pasmo en el que me había sumido. Sí. No escribí nada relevante el día de mí cumple, que creo que paso así como  así. Quizá lloré un poco.  Me enojé conmigo misma. Con nadie más.

Este año volví a dar la vuelta al sol con unos meses previos de angustia, incertidumbre y tristeza. Con meses completos de encierro. Hubo días que no pude levantarme,  otros en que no pude dormir o en los que desperté a las tres de la mañana.

 Tuve sueños increíbles con gente que no conozco, y gente que sí; aventuras  para escribirlas en un cuento. Y casi ver que son verdad en mi realidad.

 Estoy contenta, me quedo con la  vuelta al sol más espectacular de toda mi vida. Quiero que las próximas sean así o mejores. Me quedo con lo que aprendí, con la paciencia recibida y la paciencia dada. Con la dulzura de escuchar al otro y decirle que todo está bien. Y  quizá creer más en eso. Todo estará mejor.

Que hubo desilusiones, siempre las habrá. Que no sé qué va a pasar, cierto. No lo sabré pero estaré atenta. Planear no está  en mi vocabulario pero intentaré escribir. Aunque sea mis famosas listas.

¿Sabré olvidar? Si, ya lo he hecho otros años. Aunque sea recurrente el recuerdo.

Agradezco esta vuelta al sol, con la risa de los que me quieren y los que quiero guardar en mi corazón.

Ardilla

Sábado 22 de agosto del 2020

El club de los 27: como no morir en el intento.

Ahora entiendo por qué Kurt Cobain no pasó de los 27… pero bueno, espero que la pandemia no sea mi sobredosis (aunque ya estoy cerca de ella).

Pero bueno. A veces la mejor forma de enfrentar a otros es hacerlo conmigo mismo ¿no? Y es que entre tanta terquedad ajena olvidé algunos detalles que he forjado de mi vida. Culpo a la decadencia que constantemente me acecha con esta quinta temporada de la cuarentena.

Pero bueno, hay que “Fluir, fluir fluir…. Ya no voy contracorriente” como la nueva canción de Los Daniels, que por cierto puse un granito de arena para su video.

Chmsk

Sábado 22 de agosto del 2020

Hace unas semanas estuve a punto de volver a casa de mi familia, dentro de mí todo se revolvió.

“Quiero pero no quiero”, me decía esa voz interna.

Después volteé a mi alrededor y me di cuenta que algunas de mis amigas estaban viviendo el mismo dilema. Unas con mucha claridad sabían que la única forma de alcanzar su bienestar era saliendo del sitio que habitaban. Su determinación les ayudaba a limpiar sus lágrimas, su dolor  y frustración por saber que ese nunca sería su sito por más que lo desearan. Otras como Chabe y yo teníamos sentimientos encontrados que en un momento nos hicieron también devastarnos y llorar. Y es que amerita pensar muchas veces el optar por la “vida independiente no romantizada” como opción cuando sabes que por otro lado cuentas con una familia que de alguna forma u otra te provee seguridad pero con otro tipo de costos que en tiempos pandémicos pueden ser un alivio.Y es que el dilema va de preguntarte: ¿vida precaria o vida acomodada con sobreprotección? ¿un espacio propio y paz mental o disfuncionalidad familiar constante? ¿soledad o compañía? ¿gasto o ahorros? ¿cuarto pequeño o casa linda y amplia? ¿ciudad o provincia? ¿libertad o adaptación?…

¿Y acaso puede existir un equilibrio en todo esto? 

Juntas pensamos que sí, que nuestra opción es en un futuro vivir en una comuna de mujeres para mujeres donde quepamos todas con la vida que cada una imagina, merece y sueña. 

Mariquita López

Domingo 23 de agosto del 2020

Fue un día pesado, estoy agotada y me duelen los pies, sin embargo tengo una sensación bonita, pues hoy después de muchos días de escasez en el trabajo, por fin se respira un poco de normalidad. Me tocó surtir al menos 3 listas de útiles completas y pese a que me estresaba el estar atendiendo y ver la fila esperarme, me emocionó el hecho de volver a esos ajetreos, esos en los que en ocasiones no puedes parar ni tantito para comer.

Se supone que los domingos cerramos a las 6 pero a esa hora aún había papás comprando útiles así que esperé un poco más. Cuando por fin cerramos y caminamos hacia casa vi un hermoso atardecer, de esos que te reinician todo, al menos así lo sentí, inicia un nuevo ciclo escolar y con él trabajo.

Ann

Miércoles 26 de agosto del 2020

El confinamiento me ha encerrado en mi casa pero las redes sociales me han hecho descubrir miles de proyectos, personas y sobretodo mujeres que desde su trinchera están trabajando para incidir en su comunidad.

Estoy en un proceso personal bastante complejo y me di cuenta que no soy la única que muchas de mis amigas de años y otras virtuales están en el mismo proceso.

Cuestionarse, desaprender, reconocerse, deconstruirse, eliminar a personas de nuestras vidas que no aportan. Dejar de quedarnos calladas.

Estoy feliz de leerlas, escucharlas mientras me inspiran y siento que estamos en sintonía.

Brenda

Jueves 27 de agosto del 2020

Este mes tiene un significado especial en mi proceso de vida, el 12 de agosto es la fecha de nacimiento de mi papá  a quien celebramos en la memoria del corazón, porque ahora él está en otro plano espiritual.  ¡ Abrazo para él hasta el cielo !

El 19 fue cumpleaños de mi sobrina mayor. Estamos entrando a la etapa adolescente, etapa complicada, seguramente tendremos muchos aprendizajes.

Escuché una conferencia virtual que se llama “Contratos ocultos” que se refiere a todos aquellos contratos familiares, adquiridos de forma inconsciente  en la niñez debido a ciertos comportamientos familiares que observamos, y de los cuales nos estamos haciendo responsables hasta el día de hoy viviendo ciertas carencias emocionales y financieras. ¿Por qué no logramos nuestros objetivos? ¿Por qué no tengo éxito en ciertas áreas de mi vida?

Es un tanto complejo entenderle a la primera a esta teoría psicológica que evidentemente tiene varios años de estudio y sustentos científicos, finalmente lo que quiero transmitir con todo esto es:

En estas nuevas normalidades en donde estamos conviviendo con nuestra familias en periodos más largos,  ¿será? que somos conscientes de “esos” comportamientos que les estamos transmitiendo a nuestros hijos, miedos, agresiones, nos escuchan hablar de carencias, viven nuestros vicios (buenos y malos), escuchan nuestra forma de expresar. ¿Lo habías pensado?, honestamente yo no, digo, no tengo hijos pero el convivir con mis sobrinos replican ciertos patrones.

– Cosas de las nuevas normalidades – 

¡Gracias por leerme, cuídate mucho ! 

Shirel

Un día de agosto del 2020

“La estancia en el cine es una de las mejores cosas que me pasó en la vida.
Encontrar tu lugar en el mundo es reconfortante, la atención al cliente no, pero si el olor a palomitas, las butacas, las películas;una emoción que comparto con mucho gusto.

Pero en este momento histórico pandémico como le digo a mi yo feliz que la burbuja se acabó.
Que las épocas de un rush no regresarán. 
Que esta nueva normalidad mata la zona de confort”

Cinepolita transitoria