Unidas en una digna rabia que nos mantenga vivas, vivas alegres, vivas y fuertes, vivas y juntas, vivas y deseantes de nuevos mundos ¡Nunca más un mundo sin nosotras! ¡Aquí estamos y estamos vivas! ¡Ni una mujer menos, ni una mujer más, ni una asesinada más! ¡Vivas nos queremos! ¡Y aquí estamos y estamos vivas: porque vivas nos queremos!

Lourdes Mejía, madre de Carlos Sinuhé

por María Fernanda López, fotos de Priscila Alvarado

Este ocho de marzo de 2019 en un punto estratégico de la Ciudad de México -sobre avenida Juárez enfrente del Palacio de Bellas Artes- mujeres organizadas de diferentes rincones de la ciudad, el estado de México y el país, realizaron la instalación del sexto anti-monumento en la capital.

Desde las tres de la tarde y durante toda la madrugada del sábado nueve, alrededor de cien mujeres se acompañaron y tomaron fuerza de la marea de mujeres diversas que con paliacates verdes y rumbo al Zócalo capitalino protestaron en el marco del “Día Internacional de la Mujer”. Las principales exigencias: el cese de la violencia feminicida, la justicia hacia las mujeres víctimas de este delito, la despenalización del aborto y el derecho a vivir una vida segura y libre de violencias machistas.

Hasta antes del ocho de marzo, sumaban cinco los anti-monumentos que se habían colocado en paseo de la Reforma. Esta corriente artística mundial -llamada en inglés anti-monument art– busca reivindicar en espacios públicos problemáticas que involucran violaciones a derechos humanos. En la Ciudad de México los antimonumentos son símbolos de problemáticas vivas, ya sea porque jurídicamente los casos continúan siendo investigados o porque simbolizan acciones que acontecen día a día. Todos han sido colocados en la clandestinidad, por familiares de las víctimas, respaldados por activistas, colectivos y defensores de derechos humanos.

En el caso del sexto anti-monumento, fueron las madres, las hermanas y las hijas de las mujeres asesinadas y desaparecidas, quienes encabezaron la acción política. “Una acción política que pretende visibilizar cada vez más y hacer presión ante el Estado, de levantar una alerta de género por todos los feminicidios que han estado ocurriendo en el país y sobre todo las situaciones de desaparición forzada de mujeres”, comentó Cristina.

Somos madres que amamos a nuestros hijos y nuestras hijas, y no vamos a parar, no nos van a detener, y hacemos responsables a las autoridades de que este monumento siga de pie; si se atreven a tocarlo vamos a salir y lo vamos a defender con sangre, lo vamos a defender como si cada pedacito de este monumento fueran nuestros hijos. No nos van a parar, no nos van a dividir, vamos a seguir”, recalcó Lourdes Mejía, madre del activista universitario asesinado hace siete años Carlos Sinuhé Cuevas Mejía.

Acompañando a cada momento a las madres y familiares, estuvieron diversas mujeres: estudiantes, artistas, trabajadoras, activistas quienes dividieron el trabajo en dos numerosos equipos: aquellas que realizaron las labores de colado, preparación del andamio y material, colocación del anti-monumento y aquellas otras que realizaron actividades artísticas como performance, fotografía, stand-up, música y actividades de seguridad, como un cerco de mujeres.

No obstante, en un país donde las cifras oficiales señalan que son asesinadas nueve mujeres al día, los actos machistas no faltaron en el mitin. Alrededor de las 23:00 horas del viernes ocho de marzo, dos hombres intentaron meterse al espacio donde se colocaba el anti-monumento, empujando a su paso a dos compañeras de la organización y haciendo tocamientos sexuales a una tercera compañera, quien valientemente decidió acudir al ministerio público a levantar su denuncia hacia los agresores, detenidos por mujeres del colectivo y puestos a disposición de la policía pública.

“El hecho de meterse a un acto tan simbólico a agredir mujeres nos da un perfil de los hombres con los que convivimos las mujeres día a día. Además, la forma de actuar de la policía siempre es la misma, muy lenta y poniendo en duda nuestra palabra, no obstante que fueron agarrados en flagrancia”, comenta Mar, integrante de la batucada Rad Fem, lesbofeminista.

En México cada vez son más las acciones políticas encabezadas por mujeres, sin embargo como apunta Mar: “este anti-monumento no representa el reconocimiento a nosotras mismas, pero sí el reconocimiento a este país feminicida, es el reconocimiento al país en el que vivimos y en el que ya no estamos dispuestas a vivir”.

Finalmente, entre consignas y sonidos de tambores tocados por alrededor de veinte mujeres integrantes de la Batucada nacional, rescatamos el testimonio de Laura Velázquez Florencio, hermana de Diana Velázquez Florencio, asesinada el 2 de julio de 2017 en Chimalhuacán, Estado de México. Diana de 24 años, era una mujer trabajadora, vendedora de dulces en la calle y en negocios locales, quien fue abusada sexualmente, estrangulada y tirada en la calle al morir, hechos que deben tipificar su muerte bajo el delito de feminicidio, de acuerdo al código penal federal y el código penal local del Estado de México, no obstante, esto no ocurrió.

La búsqueda de justicia del esclarecimiento del asesinato de Diana ha motivado a sus hermanas y madre a visibilizar lo que está pasando con muchas otras mujeres en Chimalhuacán. Como el caso de Ana Laura Martínez Cervantes, quien fue asesinada un mes después de Diana y cuyo cuerpo fue localizado a unas cuadras de su domicilio. Librar estas batallas implica día a día un costo emocional y económico para las familias; en el caso de la familia de Diana los traslados a la fiscalía son en promedio de cinco horas y los gastos llegan a cubrirlos con mucha dificultad ya que por un lado las comisiones de apoyo “limosnean” el dinero entregado a los familiares y por el otro Diana ya no está en este mundo para contribuir al gasto en su hogar.

Este es un anti-monumento construido por las mujeres, para las mujeres de México que como afirma Laura Velázquez: “deja un precedente de que no nos estamos quedando calladas, de que hay una organización por parte de las familias, y como ahí dice: queremos alerta de género nacional que se cumpla, porque a final de cuentas hay mucha ley que protege a la mujer pero que no se aplica”.

Fotografías

  1. Anti-monumento, 8 de marzo 2019. Priscila Alvarado, instagram.
  2.  Anti-monumento por los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. PetrohsW [CC BY-SA 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)]
  3. Anti-monumento por los  50 años sin culpables de la matanza del 2 de octubre. Eduardo Ibañez [CC BY-SA 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)]
  4. Anti-monumento por el incendio de la guardería ABC. PetrohsW [CC BY-SA 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)]
  5. Anti-monumento por el desastre minero de Pasta de Conchos. PetrohsW [CC BY-SA 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)]
  6. , 7, 8 y 9: Anti-monumento, 8 de marzo 2019. Priscila Alvarado, instagram.