Collage y texto introductorio: Brenda Martínez

La vida es tan frágil, la ansiedad en los tiempos de COVID, ha logrado colarse en los núcleos antes imperturbables,  con veladoras intentamos que no se apague la luz de cada persona que nos acompaña, que nos enseñó técnicas para esconder el dinero por si nos asaltan, que nos enseñan sobre rebeldía, a no fingir sobre lo que sentimos. 

Como diría Amaranta: “qué le vamos a hacer. Qué impotencia es ser acuario en un mundo tan injusto como éste”.

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Jueves 3 de diciembre del 2020

Día 2 de mi menstruación. Hoy me siento confundida por todo, como si estuviera a una palabra de llorar. Luego recuerdo que estoy, justo, en el peor día de mi menstruación. No quiero caer en el estereotipo de: ‘está en sus días’. Pero mi cuerpo pasa por procesos hormonales que influyen mucho en mí.

Antes siempre callaba que estaba en mis días porque así me enseñaron, desde la primaria, que no se le debe de decir a nadie; ni mis amigas querían hablar de eso. Ahora ya no me importa, si me dicen algo, puedo expresar abiertamente que estoy menstruando. Que no tengo ánimos, que no estoy de humor, que tengo cólicos y que no quiero ser molestada y sorprendentemente me ‘comprenden’ más. No sé si es parte del estigma, que a una mujer en sus días se le debe dar espacio, pero me alivia tanto poder decirlo a los cuatro vientos y dejar de fingir.

Itzuri Luna

Sábado 5 de diciembre del 2020

Hoy solté algo que me costaba mucho y es que pasados los años del control de esfínteres seguí mojando la cama. Mi madre que apenas podía con nosotras, me obligaba a lavar mi ropa, me pegaba y mis hermanas se burlaban de mí por ser una “cochina”.

Hoy comprendí que fue parte de un abuso sexual.

Los abusadores y violadores se encuentran en nuestro círculo familiar, de amigos y conocidas. Nuestras infancias quizá no se acercan a nosotras porque no sabemos escuchar, no prestamos atención a estos cambios.

Por favor, háganlo con las infancias que les rodean.

Senderepia

Miércoles 16 de diciembre del 2020

“Oye como me pongo esto, sin que se me caiga”, me dijo mi hermana, cuando volteé vi que era su monedero y lo quería poner entre sus senos. Me pareció una práctica tan antigua, para mí, que le mostré de que lado se cae menos.

La que me enseñó a guardar mi dinero en el busto fue mi madre y he visto infinidad de burlas hacia todas las señoras que lo hacen. Pero es el mejor refugio para las cosas de valor cuando sabes que los ladrones andan buscando su aguinaldo.

Brenda

Lunes 21 de diciembre del 2020
Conjunción de Júpiter con Saturno, ambos en el signo zodiacal acuario

Siempre creí que rechazaba las cosas que hace google y las grandes empresas tecnológicas por ser anticuada, lo que va en contra de mi ser acuariano: innovador y visionario.

Hoy, mientras se me escapaban unas lágrimas de coraje, descubrí que esa repulsión que siento viene de la crítica al monopolio y a la injusta repartición del poder… Acuario también es rebeldía.

Estoy harta de ver como google va colonizando todos los aspectos de la vida. Ellos con toda la infraestructura tecnológica, el poder político y económico, ellos saboteadores de la diversidad que no monetiza, porque lo que importa en este mundo es el dinero, dinero, dinero. Vende tu cuerpo, vende tus ideas, vende tus fotos.

Pero bueno, qué le vamos a hacer. Qué impotencia es ser acuario en un mundo tan injusto como éste.

Amaranta

Martes 22 de diciembre de 2020

Ansiedad en tiempos de COVID

Pupila dilatada
como el segundo en que permanezco
por varios minutos contemplando.

Proyecciones que servían de descanso
desde antes de vivirse
promesas truncadas, una tras otra
que erosionan la tierra interior
que van debilitando
la firmeza de la respuesta.

La marea ha crecido
ahogado los árboles
se lleva los minerales.

La tierra desierta
sólo permanece, quieta
no tiene con qué llorar
ni prevenir.

Cuenco vaciado
al ver otros cuencos rotos.
El mar va vaciando los cuencos
de tierra y vida.

Algunos azotan contra las piedras
se rompen y desaparecen
en mil pedazos invisibles

Dejan sólo la sensación
de fragmentación interna.

La ola irrumpe
sin previo aviso
Y se lleva otro pedazo de sostén
La vida microscópica que contenía
pronto se disuelve
en la inmensidad del caos.

Isabel Carballo

Miércoles 30 de diciembre de 2020

Emma

-Hola Emma, oiga ¿tendrá espacio para cortarme el cabello?
– Ay mijo, me agarras ocupada, pero regresa en una hora y claro que te lo corto.

– Hijo, tienes muchísimo cabello, ve nada más qué cantidad hay en el suelo y todavía no acabo. Tú nunca te vas a quedar calvo.
– Qué bonita estación escucha Emma, ¿cómo se llama? ¿le gusta mucho el jazz?
– Sí me gusta, esta estación se llama Horizonte FM, me gusta ponerla siempre, tienen programas bonitos y la música es preciosa. Hasta los comerciales son lindos.
– Está muy padre, siempre que vengo me gusta escucharla, la voy a poner cuando ande haciendo mis trabajos.

– Emma, ya vine otra vez, ahora sí me tardé.
– Ay hijo ve nada más cómo traes la cabeza. Pásale, pásale. Trata de no dejar pasar tanto tiempo entre corte y corte, ya ves que te crece mucho el cabello. Mira nada más cómo quedaste, hasta pareces 7 años más joven. De unos veintitantos.
– Es que tengo veintitantos Emma.
– Ay Dios mío, pues ya ves, con mayor razón no te lo dejes crecer tanto, cuando llegas así tan melenudo pienso que ya eres un señor de treintaytantos.
– Ya voy a venir más seguido Emma, muchas gracias como siempre.
– Ándale hijo, salúdame a tu tía. Me dio mucho gusto verte.
– A mí también Emma, cuídese mucho.

Por ahí del 27 de diciembre empezamos a ver una veladora prendida todos los días en la estética pequeñita de Emma. Ella falleció el 25 de diciembre por covid. Fue mi peluquera durante casi ocho años, siempre fue amable, platicadora y muy enérgica, una maravillosa amiga. Espero que su partida haya sido en paz y en compañía de su familia, nunca dejará de ser triste pasar por su esquina sin ver su luz prendida.

Humberto

Miércoles 30 de diciembre de 2020

La angustia ha avanzado
A un núcleo
Antes imperturbable

La familia, las vacaciones y los viajes
Antes eran como la grava
Que rellena cualquier hoyo
De una construcción a medias
O mal hecha.

Ayer visitamos una mina de grava
De cuarzos a medio hacer
Porque no había la temperatura adecuada.

Penetramos en el hueco
De donde sale el relleno
Como si descubriéramos
El truco detrás de la magia
Y ya no pudiera funcionar más.

Tal vez de eso se trata crecer
¿o por qué siento tal desencanto de la vida?
Han sido tantos huecos juntos
Que la grava ya no alcanza.

No alcanzan los hermosos paisajes
Un cálido abrazo
Porque esta grava tiene otra textura
Quizás se trata de otra piedra
Quizás debo voltear a ver mis huecos
Con menos temor a lo desconocido.
Quizás esta nueva grava pueda ser acomodada dentro.

Duele que entre
Raspa las heridas internas,
Es un placer masoquista
Duele ser penetrada
La pasividad de la recepción
La dolorosa integración
De una nueva vida.

Isabel Carballo

Jueves 31 de diciembre de 2020

La fragilidad de la vida

Llegan las fiestas decembrinas y a pesar de la pandemia el propósito se mantiene, unirse con la familia y en algunos casos limar asperezas familiares por que finalmente es noche de paz, amor y nuevos propósitos. Esto es lo que cuenta tradicionalmente la cultura sobre todo en México. 

Sin embargo también es bien sabido que depende mucho del carácter de cada persona para considerar estas recomendaciones, y reconciliarse con sus seres queridos, por que nos sentimos inmortales y creemos que tenemos todo el tiempo del mundo, y la muerte nunca tocará a nuestras familias o en el peor de los casos a nosotras.

El día último del mes me tocó vivir el proceso de duelo de una mujer de 36 años, quiero expresar mi dolor y sentimientos encontrados por la situación tan triste, primero por su partida y segundo por los protocolos de la pandemia. Velorio con 3 familiares y yo, las 5 hrs. que nos permitieron despedirla, fue un mar de llanto física y virtualmente por que nos tenemos que adaptar. A la fragilidad de la vida.

Deseo tener más consciencia sobre mis errores y estar en tiempo para corregirlos, según mis propios principios y valores, por mi y mi salud emocional, la sociedad siempre te impone patrones, pero quién decide sobre su propio actuar, ¡eres tú!… en la fragilidad de tu vida.

Emprendedora Visible