Texto y fotografías: Brenda Martínez Carrera

Eran las 9:00 de la mañana y todas las mujeres que habían llegado estaban impacientes por comenzar a hacer la tan esperada intervención. “No sé pintar pero traje pintura, ustedes díganme qué hacer”, dijo Andrea entusiasmada, quién al enterarse de la intervención invitó a sus amigas, un grupo de psicólogas con perspectiva feminista que brinda apoyo a víctimas.

Lourdes Arizmedi, lleva tres años buscando a su hija, quien desapareció cuando venía de regreso a su trabajo el 15 de enero de 2018. En enero del año en curso Lulú realizó la primera marcha de Chimalhuacán, Estado de México, para exigir a las autoridades que hagan su trabajo, a pesar del Covid-19, porque para ella no hay un día de tranquilidad desde que Dianey no está. 

Después de aquella marcha platicamos y me contó sobre una barda en Ejido Colectivo, cerca del Mexibús, estación Las Torres, en el Bordo de Xochiaca, que le donaron para hacer un mural para su hija.

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Ofrecí mi apoyo, escribí en facebook y pronto mis amigas comenzaron a etiquetar a sus conocidas. Hasta que Rutsy Pop, gestora cultural comenzó a gestionar conmigo los materiales a partir de una donación económica de las maestras de la UACM hacia Lulú. 

Lo más complicado fue cuadrar fechas. Tan solo organizar una reunión entre todas las integrantas del proyecto para platicar y planear era complejo; algunas tenían problemas con la conexión de internet por la falta de infraestructura en sus comunidades, otras, por la chamba, sus horarios eran complejos. Sin embargo, todas las dificultades se transformaron en motivación, con disposición para participar sin pago alguno.

Cada una, desde su historia, se sumó a esta iniciativa, como Tania Cacomixtle, artista dedicada al stencil e intervención de protesta, quien comenzó a realizar intervenciones, principalmente sobre víctimas de feminicidio o desaparición forzada, porque su prima desapareció hace un año, y aunque ella volvió tiempo después, se dio cuenta de la importancia de estas pintas.

Por su parte, Rutsy Pop, entró a la carrera de Arte y Patrimonio Cultural en la UACM, luego realizó gestión cultural y comenzó a acercarse a los temas de intervención y protesta con su colectivo Rses Crew.

Mientras que EKMA, grafitera profesional, comenzó muy joven a rayar su nombre en las paredes, poco a poco fue reflexionando sobre la propia violencia que la atravesaba y decidió cambiar su discurso en el que sólo se nombraba así misma para nombrar a las que ya no están. 

Por fin llegó el día 13 de marzo, sábado porque era el único día que la mayoría podía. Además con la jornada virtual organizada por las mujeres de la periferia seguimos conmemorando el Día Internacional de la Mujer. 

Cuando llegaron al lugar, Lourdes y las presentes consiguieron escobas, agua y bolsas para recoger la basura. Arribó el primer bloque de morras para pintar, tomaron una brocha, un poco de pintura y fondearon la pared blanca con un tono violeta. No fue fácil, la textura de la pared no era sencilla, porque era muy porosa e irregular, pero se les notaba orgullosas de participar. Rutsy llegó con Viridiana, gestora cultural interesada en la intervención comunitaria y comenzaron a pintar con las demás.

Cacomixtle se puso su máscara de gas, tomó un palo y lo convirtió en un compás para marcar un círculo en la pared y poder poner el stencil, su técnica favorita “porque es más fiel a la imagen que quieres reproducir”, me contó. 

Así realizó el rostro con una plantilla que trabajo desde meses antes, cálculo y puso marcas con un poco de color. Hasta que estuvo segura de las medidas. Comenzó a rellenar con el aerosol color morado, luego con un poco de blanco fondeo para dar relieve y al final colocó las flores para adornar.

Mientras tanto EKMA a mano alzada escribió NORMA DIANEY, así la nombramos para no olvidarla. 

Entre las colectivas que llegaron estuvieron Cámara Violeta, La Red de Mujeres del Oriente que Luchan del Estado de México, Colectiva Moradas, Vivas Nos Queremos Neza, Rudas Chimalhuacán, Psicólogas feministas, Libertad Moradas, Mujeres de Chicoloapan y de Chimalhuacán. 

Un poco de música mientras preparaban sandwiches para desayunar y otras tendieron sus artículos para vender.

Los vecinos nos observaban. Los mototaxistas de la base de enfrente se sorprendían, no faltó quien se burlara: “El violador eres tú”, cantaron entre risas. 

A la una de la tarde se armó el Taller del “Principio del placer; herramientas contra la violencia sexual” a cargo una de las integrantes de Vivas Nos Queremos Neza. Hablar de la vulva, hablar de la violencia sexual es un tema que nos puede porque la mayoría hemos sido agredidas o acosadas, de ahí que sea sumamente importante retomar este tema. 

Unas lavaron la brochas, cuidaron que los policías no nos amedrentarán. 

Yazuli llegó con arroz y nopales, las compas de la Renata llevaron la tinga de zanahoria con calabacitas, otras cayeron con crema, aguacate, platos, vasos… Lulú llevó agua de jamaica. 

Mi corazón se sentía lleno de emoción y esperanza, al ver a las mujeres de la periferia organizadas, felices, compartiendo. Realizando acciones culturales, tomando los espacios públicos como símbolo de protesta en un municipio tan violento, donde mujeres y niñas desaparecen y la impunidad reina. 

Mientras platicaba con mis compañeras, recordé la forma en la que comenzó esto; fue por un conversatorio a nivel Latinoamérica, andaba buscando en otro lado lo que podía hacer acá. Así conocí a mis nuevas amigas, las mujeres que resisten en la misma zona que yo, que saben los peligros a los que nos enfrentamos todos los días, que saben lo que es viajar hasta el otro lado de la ciudad para trabajar o estudiar. 

Un post de facebook se convirtió en sinergía, la voluntad, el amor y pasión de cada mujer que acudió a este evento nos demuestra que no estamos solas. La pandemia nos ha hecho construir una comunidad, acá en la periferia, donde resistimos y existimos.

“Gracias a todas por cumplir un sueño más, son mi segunda familia. Las quiero mucho”, dijo Lulú para agradecer, y para demostrar que la corazona se llena de rabia para continuar. Gracias a todas por el amor que comparten. 

“Norma, escucha tu madre está en la lucha” y no está sola, aquí está su manada.