El cambio debe de ser un proceso sea lento pero constante y permanente

Este tema lo tenía desde hace un par de meses en el tintero y hace unos días lo recordé mientras veía una entrevista que le hicieron a la actriz francesa Fanny Ardant en el programa español Días de Cine. Cuando le preguntaron por el movimiento de visibilización del acoso #MeToo, respondió que nunca le han gustado los grupos ni las modas, los movimientos tienen su razón de existir pero que a ella le gustaba ser libre sin necesidad de desfilar bajo una bandera ajena.Tras escuchar su respuesta, me pregunté por la mía: como mujer, yo sí me pongo la bandera del #MeToo porque a lo largo de mi corta vida he sufrido hechos de violencia y me da miedo, impotencia, coraje el saber que por ser mujer, estoy más expuesta a esta clase de vejaciones de lo que lo estaría de ser hombre. Sin dejar de lado que ninguno de los dos géneros estamos exentos de la violencia. Como cineasta, me da tristeza corroborar que el cine un medio preponderantemente masculino, y que las mujeres que logran hacer algo, están siempre expuestas a peligros y se dejan la piel con tal de seguir sus sueños. Por otro lado , también me da tristeza saber que por acusaciones, a veces sin fundamento  se destrozan carreras de cineastas y actores geniales.

Los inicios

El hashtag #MeToo apareció en octubre de 2017 cuando se desataron una serie de denuncias de abusos sexuales en contra del productor estadounidense Harvey Weinstein. Hoy en día la carrera de Weinstein es la de un dinosaurio más que extinto. Está en libertad bajo fianza mientras es procesado legalmente por los cargos en su contra.

El hecho de que diversas mujeres se animaran a alzar la voz en contra de Weinstein trajo consigo que, de igual forma, se hicieran acusaciones contra otras grandes personalidades del cine.

Lo cierto

En el cine, como en cualquier otro tipo de industrias, hay una relación jerárquica de poder. Es un secreto a voces desde hace muchos años que, dentro de esta industria, se vivan casos de abuso de poder con tal de conseguir un papel.  Sin embargo, las mujeres no somos las únicas expuestas a este tipo de tratos.

Lo difuso

Desde que se desató la ola de acusaciones en contra de muchos de los grandes astros del mundo del cine, ésta ha traído consigo otras repercusiones a nivel profesional para estas personas. Yo de cierto no sé nada  y, más allá de que sean chismes de lavadero, sólo quiero poner en tela de juicio ciertas “acciones” que me parecen demasiado “casuales” para ser producto del azar. Aquí unos cuantos ejemplos:

  • El director Woody Allen, a pesar de que hace todo lo posible por estar fuera de los escándalos, ha estado en los titulares últimamente por las acusaciones de violación hechas por su hija adoptiva Dylan Farrow hace 25 años. Aunque ni falta le hace, la penúltima película de Allen, Wonder Wheel, no ha sido merecedora de ningún tipo de premio ni para él ni para su elenco. Sin embargo, el joven actor Timothée Chalamet, que trabajó con él en su última producción, A rainy day in New York (2018), se hizo famoso en las redes tras declarar su apoyo al movimiento #MeToo y donarle la totalidad del sueldo percibido por el rodaje de la película a esta causa. Meses después de eso, Chalamet se hizo acreedor a nominaciones en los Globos de Oro y en los premios Óscar por su actuación en otra película Call me by your name (2017).
  • El conocido actor Kevin Spacey fue retirado de la serie House of Cards (2013) tras acusaciones de abuso sexual por parte de otro actor. A partir de este escándalo, las escenas de la película : de la película All the Money in the World (2017) en las que aparecía, fueron regrabadas con la participación del actor Chistopher Plummer. Desde entonces, Kevin Spacey no ha trabajado. Plummer obtuvo una nominación a los premios Óscar por ésta película y en cambio Billionaire Boys Club (2018), otra película en la que aparecía Spacey y de presupuesto más modesto como para grabar nuevamente sus escenas, ha retrasado su fecha de estreno y lo hará en formato video bajo demanda con ayuda de publicidad más discreta.
  • El día después de que en los Globos de Oro James Franco recibiera el premio al mejor actor de comedia por su trabajo en la película The Disaster Artist (2017), salió una acusación de abuso sexual en su contra de parte de cinco de sus ex-alumnas. La película no fue nominada a los Óscar en ninguna categoría y James Franco se mantuvo alejado de los reflectores hasta hace poco. Su “penitencia” fue relativamente corta pues la cadena televisiva HBO acaba de confirmar su participación el la serie The Deuce (2017).

A mi parecer, no hay una relación concreta entre estos pequeños ejemplos arriba expuestos. Varias activistas del movimiento #MeToo, han dicho que con una llamada telefónica se decide quién vuelve a la industria y quién no.  Hay quienes se han catapultado al éxito gracias a este movimiento y hay actores, antaño consagrados, que ahora están a cinco metros por debajo del nivel del mar, y sin posibilidad alguna de salir algún día a la superficie de lo que fue su éxito profesional.

Lo faltante

A mi parecer,  lo lamentable de todo esto es que se mezclen las acusaciones verdaderas con meros supuestos, mermando la carrera de tal o cual actor que, por mayor trayectoria que tenga, no tiene comprado su  tiempo en Hollywood.

Como mujer, agradezco que se abran puertas y fronteras. Que se le dé voz a quienes quieren hablar y haya alguien dispuesto a escuchar, creo que es muy valioso.

Sé que seguimos viviendo en un mundo machista y paternalista; somos víctimas del sistema, de los hombres, a veces hasta de nosotras mismas. Sé que TODAS las mujeres hemos sido víctimas de acoso sexual en al menos un momento de nuestra vida y nos han educado para vivir con ello. En esta sociedad aprendemos a normalizar la violencia e incluirla en nuestra vida diaria. Pero somos las únicas que podemos cambiar ese estatus para que las transformaciones sean de fondo y no solamente un asunto transitorio o de una moda. El cambio debe de ser un proceso sea lento pero constante y permanente. De nosotras depende que este cambio no esté sólo en manos de algunas de las mujeres que tienen los reflectores sobre ellas, sino que el cambio seamos todxs.

Fotografías

  1.  Por Tom Sorensen (Alyssa Milano) [CC BY-SA 2.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)], via Wikimedia Commons
  2.  Dominio público
  3. Por GabboT (Men Women and Children 16) [CC BY-SA 2.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)], via Wikimedia Commons