Foto: Brenda Martínez

Como cada 10 de mayo, éste es un día para celebrar a “La madre”, aquella abnegada mujer abstracta siempre atenta, siempre cariñosa y dispuesta a cuidar de sus hijos, de su hogar y de su esposo. Las marcas de electrodomésticos, de cosméticos y de flores hacen “su agosto” y los restaurantes (antes de la era Covid) abarrotan sus mesas en un día (uno solo) dedicado a devolverles todo el cariño y tiempo que han dedicado a criarnos.

Hoy desde Revista Baladí queremos proponer algo distinto: preguntar por la voz de esas mujeres, cederles la palabra y acercarte a ellas como si fueran amigas, vecinas o colegas. ¿Quiénes son ellas además de ser madres? ¿Qué tanto sabemos de ellas más allá de su papel como madres? De sus sueños, historias y proyectos a futuro.  

Presentamos así cuatro respuestas que responden a la pregunta: ¿Quién eres más allá de ser madre?

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Texto transcrito de entrevista de audio. 

-¿Mamá quién eres más allá de ser madre?

Soy una mujer trabajadora, honrada y soy una mujer responsable. Buena amiga, hermana, ex esposa y soy mamá perruna, me gustan mis perros y los amo y los cuido y los procuro como a mis hijos.-

-¿Pero si no fueras madre quién serías?-

-Si no fuera madre, no sería nadie ¡ah! (exclama en tono de exageración). Si no fuera madre sería…-

-¿Cómo sería tu vida, piénsalo?-

-No, no me veo sin hijos en mi vida porque siempre tuve muchos novios y en algún momento me tenía que casar, siempre tuve novios. Sería la misma mujer que te describí ahorita, me gusta el baile, me gusta la pachanga, no me gustan las drogas nunca me gustaron es algo que no me llama la atención las drogas. –

Marisol López, 56 años. 

 

Soy Artista Visual , mujer, y en realidad no he dejado de hacer nada por ser madre. Quizá porque lo fui muy joven, a los 23, aunque en esa época para mi yo ya era una mujer completa, pues vivía fuera de la casa de mis padres, y trabajaba además de estudiar, por lo que casarme y tener hijos me resultaba de lo más normal.

Yo siempre fui una persona muy volátil, por problemas psicológicos sí, pero la llegada de mi primer hijo, sobre todo,  me ayudó mucho a mantener los pies en la tierra, y trabajar porque estuviéramos bien, pues fui madre soltera

Desgraciadamente su padre fue un hombre celotípico y controlador y precisamente yo no estaba dispuesta a que me robaran la vida. Por eso, como pude, y con ayuda de mi madre, seguí trabajando y buscando mi camino en las artes. Por supuesto no fue nada fácil, en el ámbito laboral y artístico es muy fácil desestimar a una persona por ser madre, pues asumen que eres tonta y por eso buscaste “dedicarte al hogar” o que tus responsabilidades no te van a permitir entregarte por completo al trabajo. Esto último es cierto, pero no es malo. Pues los seres humanos sin amor y sin relaciones afectuosas no somos nada. Además no hay ejercicio u oficio mejor para un ser humano que el amor. Ser madre es eso: ejercer nuestra capacidad de amar al máximo, y eso es maravilloso. Yo sin mis hijos, y mi ser materno simplemente no soy, pues tengo 43 años y casi la mitad de mi vida he sido madre.

Finalmente debo decir, que ser madre o padre, también es un acto espiritual. Pues se puede serlo sin haber engendrado, además este espíritu finalmente es creativo y fecundo, y por eso creo que debemos entenderlo mejor como una actitud ante la vida, y ejercerlo en su forma positiva por el bien común. 

MAR 2021 Segundo año de pandemia. 

 

¿Quién soy más allá de ser mamá? Pues una persona… responsable y solidaria. Yo siempre supe que era una persona, para mí no fue el objetivo de mi vida ser mamá, yo no pensaba en eso. Aunque en esa época para algunas personas lo veían como lo máximo. 

Yo no quería ser mamá, pero luego te casas, pasan los años y lo piensas. Yo lo reflexioné mucho, ya que tuvimos casa acordé con mi esposo que él nos mantendría y yo dejé de trabajar. Antes así era, ahora no, ahora las mamás deben de trabajar porque no les alcanza (el dinero), o porque los hombres ya no quieren trabajar. 

Cuando me embaracé, mi mamá me dijo: “en esta casa no cuidamos niños”… yo ni siquiera le había pedido que me cuidara a mi hija. Pero es que luego se agarran a las abuelas como segundas mamás. 

Ser mamá es una gran responsabilidad… eso y atender al esposo ya te deja sin tiempo para ti. Lo que creo que me faltó siendo mamá fue viajar más.

I. M.

 

Soy una mujer valiente, soñadora, inteligente, comprometida, responsable.

Me gusta aprender de la vida, de sus acontecimientos, busco colaborar en el crecimiento de las personas que están a mi alrededor, que tengan recursos para que aprendan a tomar buenas decisiones y esto les permita ser libres y comprometidas, primero con ellas y esto repercuta en su entorno. Creo en el ser humano, me interesa mucho la justicia, me gusta tratar bien a los demás, me gusta que la gente se exprese y trato de no emitir juicios, respeto y valoro las diferencias personales.

He disfrutado inmensamente la maternidad, yo fui madre ya un poco mayor de mi época (31 y 33 años), antes de casarme logré terminar una carrera profesional que era un sueño que tuve desde pequeña.

Considero que la maternidad es una gran responsabilidad, más que un trabajo, es un compromiso con la crianza de un ser.

Lo que deje de hacer… por ser madre, quizá seguir preparándome académicamente en mi profesión, el cuidado de mi salud. Pero lo que realmente se convirtió en un problema, fue asumir también el rol del papá que un día decidió abandonar el barco… trabajar fuera de casa más tiempo para que el dinero no faltará, menos descanso físico, vivir la afectación emocional y tener que seguir adelante, ya que hice un compromiso con mis hijos que siguieran su desarrollo integral (físico, académico, social y emocional) lo mejor posible y seguir con nuestra vida a pesar de todo.

Con mucho cariño, para Revista Baladí.

Atentamente

Patricia Cervantes Macías

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La decisión de ser madre (en el caso en que se pueda decidir, pues muchas madres lo son contra de su voluntad) implica renunciar a algunos proyectos de vida o en su caso, a equilibrar la autorrealización con la crianza. La maternidad idealizada impide que veamos todas las complejidades que encierra el ser madre, como criar a hijos e hijas en soledad, y nos lleva a romantizar el sacrificio, la abnegación y la relegación del autocuidado a un tercer plano . 

Busquemos y visibilicemos narrativas de la maternidad honestas, profundas, que nos hagan conscientes del sistema patriarcal en que habitamos y así evitemos perpetuar y reforzar el estereotipo de la madre perfecta (¿perfecta para quién?). 

¿Ya le preguntaste a tu mamá, tías y abuelas quiénes son más allá de ser mamás?

Humberto y Susana

** Agradecemos enormemente a las cuatro mujeres que nos compartieron sus reflexiones. Valoramos la sinceridad de sus palabras y la fuerza que ellas encarnan. Gracias por la confianza depositada en este espacio **