Collage: Brenda Mtz

Entre lluvias veraniegas y una pandemia extendida, junio terminó. Otro mes de cuarentena, de habitar una ciudad desacelerada y convivir con un virus que parece no retroceder. Hay, sin embargo, algo nuevo en el ambiente, nuevas fuerzas y actitudes germinan.

Este mes la muerte alcanzó a algunas personas que formaban parte de nuestro día a día y de nuestro pasado, les vimos despedirse de los lugares que amaron. Cumplimos años y aprovechamos para tomar un respiro y mirar el camino andado, ¡la mejor edad es estar viva!

Mientras afuera el panorama continúa siendo incierto, adentro nos concentramos en otras cosas. Pasamos los días desayunando juntas y jugando como niñas. Nos despedimos de nuestros seres queridos que, en busca de su propio camino, se van de la casa. Nos arreglamos y notamos en el espejo que hemos recuperado el brillo en los ojos.

El diálogo con nosotras/os mismas/os nos va aclarando el panorama. Encontramos dirección en aquello que queremos hacer y en contra de las voces que queremos acallar. En las pequeñas cosas descubrimos motivos para sonreír y tomar valor. Agradecemos a la pausa obligada por permitirnos recuperarnos y reconocer nuestros logros.

La vida continúa y nosotras/os seguimos en movimiento. Al final esto también pasará.  

Humberto García

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Día número no sé cuál del encierro por COVID-19

Todas las mañanas preparo el desayuno, llamo a dos de tres de mis mujeres a la mesa, la tercera siempre se va antes a trabajar. La más pequeña y dormilona tarda en levantarse.

Me tiro sobre su cama. -Bebé, ven a desayunar-. Se estira, patalea, vuelve a taparse. La destapo, tomo un mechón de su cabello y lo paso por su nariz. -¿Por qué me molestas desde temprano?-, gruñe. -Anda ya levántate, mi mamá no tarda en entrar y te va regañar-. Vuelvo a hacerle cosquillas y la dejo terminar de despavilarse.

Ella decide si le gusta el último diseño de mi  trabajo antes de subirlo a las redes sociales, mientras hace el quehacer y yo la comida.  Ella me golpea con una almohada y comienza una guerra en la que me defiendo pidiendo tiempo para quitarme los lentes y acomodarlos en un lugar seguro. Luego nos preparamos un postre y nos sentamos a ver videos de internet, contarnos secretos o ver películas. Su perspicacia me hace reír todo el tiempo. El mundo cae pero ella y yo somos dos niñas jugando sin prestar mucha atención.

Brenda 

Miércoles 3 de junio de 2020

Son las 3:40 pm y se escucha una banda a lo lejos, todos nos imaginamos el porqué. Ayer nos enteramos  que el señor de la carnicería había fallecido una noticia que cayó de golpe, al instante recordé la gran persona que fue, recordé la época en que papá enfermó y el señor siempre tan amable limpiaba la carne para que no tuviera grasa e incluso nos la daba en gramajes y así tener las porciones correctas. Me imagino que como esa historia hay muchas, es obvio que sí, pues mientras se escucha a la banda más cerca alcanzas a identificar a la familia rodeada de mucha gente, eso sí con cubrebocas, que va caminando a tras de la carroza. Hacen una pequeña parada enfrente de la carnicería, lo llevaron a despedirse, después de unos minutos escucho nuevamente una banda a lo lejos.

Ann

Lunes 15 de junio de 2020

Ayer fue mi cumpleaños número 50, muy emocionada por que me doy cuenta que la mejor edad es estar viva y consciente de lo afortunada que soy al celebrar un aniversario de nacimiento tan importante como es la media edad.

En estos días en donde todo es un caos y muchos tenemos que lidiar con nuestras emociones debido al encierro y nuestros hábitos cotidianos. Es inevitable celebrar la vida sin, tener presentes las pérdidas humanas que hemos pasado, en mi caso el 12 de junio hubiera sido el cumpleaños No. 14 de Shirel, el 14 mi cumpleaños y el 15 de junio es el aniversario luctuoso de mi abuela materna quien murió en el 1999.

No ha sido fácil llegar a esta edad sin tropiezos, algunos trabajos me salieron mal, en mi camino encontré  personas indeseables, envidiosas, problemáticas y un tanto tóxicas, también encontré buenas personas y amorosas, dispuestas a ayudar des interesadamente. Creo que yo tenia un poco de todo esto, por esta razón la vida nos hizo coincidir , para aprender y crecer, en nuestro desarrollo humano, fuimos maestros y alumnos, de un mismo fin, en diferentes formas.

Es imposible transitar por esta vida sin que me haya enfermado, sin haber tenido pérdidas, sin haber tomado decisiones equivocadas,  sin que haya decepcionado a mis amigos, sin que haya fallado en el amor, sin que haya perdido a familiares en el camino, sin equivocarme en los negocios.

Así es la vida y sus procesos, la vida me ha sonreído de muchas formas y le he devuelto el gesto, por qué es un placer estar con ella y no contra ella.

Por qué todo es un proceso, y sé que todo pasa y esto también pasará.

Shirel

Sábado 20 de junio de 2020

Cuando me autodenominé feminista no me dio miedo ser llamada feminazi.

Ahora tengo miedo a que me llamen TERF y me quemen en la hoguera de internet.

Roja

Domingo 21 de junio de 2020

Amanecemos en verano. Lo sé porque algo se siente distinto, como tierra mojada y removida, como charco que estuvo pero ya no está. Olor a lluvia que no se ve pero se sabe cercana.

Me pongo mi falda favorita y la blusa que me regaló María Paula. Compro el periódico y regreso a casa para desayunar un tamal. Algo se siente distinto, será que ayer comencé a menstruar. Sangre de vida entre las piernas.

El tiempo se pasa entre limpieza, tareas pendientes y comida. Me baño, me seco el pelo y lo cepillo. Me miro al espejo y caigo en cuenta que hace muchas semanas no me pongo aretes. Busco entre los pares que tengo. Elijo los de ámbar. Vuelvo al espejo… casi no me reconozco. El cabello más largo, el brillo en los ojos. Será el verano.

Susana

Domingo 28 de junio de 2020

Cuando llegué a vivir a esta casa, hace ya años, mi primo todavía era un adolescente. Su mirada inocente reflejaba todos los sueños que acumulaba en su cabeza, todo el amor por su familia. Le brillaban los ojos cuando veíamos películas juntos, cuando nos quedábamos conversando por horas y cuando salíamos a andar en bici.

De a poco le vi crecer, enfrentarse al mundo. Hacer frente a un entorno académico y social hostil, a una fuerte lucha interna por definirse a sí mismo. Le vi intentar muchas cosas, imaginarse un futuro lejos de la ciudad, conseguir diferentes trabajos, intentar llenar las expectativas que sobre él proyectaban los demás y deshacerse de ellas. Le vi amar y sufrir por desamor. Le vi vivir.

En el ajetreo de esta ciudad caótica forjó su carácter y encontró su camino. Hoy se fue de la casa, partió a probar suerte en un trabajo temporal en un lugar distinto. Lleno de miedo y emoción le vi irse y le desée lo mejor. La casa no va a ser lo mismo sin él, supongo que yo tampoco lo seré.

Aun en pandemia, la vida sigue.

Humberto

Martes 30 de junio

Ayer en la noche mis pensamientos se detuvieron en la siguiente pregunta: “¿En qué punto de mi vida me encuentro?” y al reflexionar me he dado cuenta que he estado viviendo de una manera muy reactiva y volátil… y viendo a mi alrededor sé que eso ya no me funciona… Observo que las hojas verdes hacen un contraste bonito con el dorado de la cortina.

No he tenido un plan, ni una dirección cómo tal… y no estoy tan segura cómo hacerlo, pero de las cosas que sí sé es que quiero terminar de escribir mi tesis, silenciar las voces negativas del exterior que suelen alimentar y fortalecer mis propios miedos y dudas. No necesito eso… Quiero volar con mis propias alas, tener la capacidad de transformar esos miedos y dudas en  fortaleza. ¿Qué plan quiero para mi misma? Hoy en este nuevo día sembraré la semilla de mi claridad para encontrar la respuesta.

Sandra Iv P

Martes 30 de junio de 2020

Querido diario.

Entre más me aíslo del mundo exterior en esta cuarentena, más ahonda en mi mente la idea de las expectativas personales probablemente rotas. ¿Soy eso a lo que los humanos posmodernos llaman un “hombre feliz”? ¿O sólo soy lo que el sistema quería para mí, como para cualquier otra persona inserta en este mundo en decadencia?

Como sea, intento sacar de mi cabeza todos los demonios que me autosabotean pensando desde la visión de un “adulto responsable” y desde los estándares que todos siguen esperando de mí como hijo, como amigo, como empleado y como ciudadano. Y es que hoy cumplo un mes viviendo solo, y aunque el sentimiento de añoranza por aquellos atardeceres en bici y por el abrazo de mamá me invaden, no puedo permitirme quebrar.

Así, intento buscar un motivo para sonreír hoy y pensar que quizá hay un futuro después de la pandemia. Lo encontré: su mensaje en la mañana me lo recuerda.  Después de leerlo y sonreír, vuelvo a encontrar con una taza de café el valor que me hacía falta para otro día en aislamiento, otro día de edad adulta, otro día de expectativas personales probablemente rotas.

Kranqii

Martes 30 de junio de 2020

Hace mucho no caminaba por mi territorio con tanto detenimiento.

Mis pasos eran tan acelerados que por un tiempo,

dejé de percibir mi propio crecimiento.

Por ejemplo, ya llevo año y medio viviendo una vida independiente y aún no “he muerto en el intento”.

Gracias pausa obligada por llegar a mi vida para recuperar-me.

Gracias a mí por dejarme voltear a ver a dentro,

con amor, valentía y sinceridad.

Me abrazo

para no dejarme ir

nunca.

Mariquita