Estamos muy emocionadas de regresar a escribir y leer estos sentipensares cotidianos. Es un privilegio contar con sus palabras. Encontrarnos como distintos arroyos que fluyen por cualquier falda de río hasta llegar al mar. A veces más cerca, secos o con más agua pero siempre fluyendo, añorando, imaginando.

Este mes ha sido pesado, seguimos encerradas, hemos tenido que aguantar, nuestro umbral es realmente alto para soportar cosas que no habríamos creído. Estamos resistiendo. Seguro en los próximos meses podremos estar riéndonos de lo trágico que pareció el principio de año del 2022.

Brenda Martínez

 

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Miércoles 22 de diciembre del 2021

“La disciplina tarde o temprano vencerá la inteligencia”, ¿Será cierto?, quisiera fundirme en disciplina para poder alcanzar todo eso que deseo, que mi corazón desea, hay tanto trabajo por hacer y por ahora solo me limito a agradecer, ¿cuál será el siguiente paso con el cual pueda avanzar lo que busco?

Raychel Villegas

Sábado 1 de enero del 2022

A las faldas de la montaña nos reunimos a cenar. Sin mi abuela, la casa en donde vivió sus últimos años perdió su fuerza de atracción y, como escapando, nos fuimos a respirar otros aires para recibir el año.

¿Hacía cuánto que no salíamos así en familia? Perritos al sol, mi sobrina y sobrina meciéndose en la hamaca conmigo, juegos de mesa a medianoche, un hermoso cielo estrellado para platicar. Imágenes de un amor familiar libre e inmenso que ante la pérdida, se transforma y renueva.

Humberto

Martes 4 de enero del 2022

Los últimos días de diciembre fueron muy difíciles de sobrellevar. Pero lo hice, mientras lloraba y sentía como el dolor y la tristeza me atravesaban pensaba en que entre menos pensara en “las cosas” seguro más rápido saldría del bache emocional. Pronto estaría riéndome de lo mal que la pase por una situación que no valía la pena. Pero mientras me llevaba la tristeza. 

Así viaje, conocí a la familia de mi hermana, pero desee tenerlo a mí lado para compartirnos, luego para contarle como me fue, sin embargo, no fue así, había algo que me hacía falta. Vacío, ausencia.

Brenda

Miércoles 5 de enero del 2022

Las tarde-noches del 5 de enero siempre me han gustado por el hecho de escuchar entre susurros a los niños diciendo con gran emoción qué le van a pedir a los reyes, y es que esa magia es efímera.

Recuerdo acostarme para dormir, con mi panza entre nerviosa y emocionada, despertando muy temprano para disfrutar de los juguetes, siempre eran el doble de lo que yo pedía, creo que ahí el porque me encanta este día. Y es que aunque tengo 29 años y ya no vivo con mis papás, me sigue llegando algún detalle, y eso me hace muy feliz.

A veces hasta las lágrimas me salen al ver como los Reyes Magos en verdad hacen su magia pues hacen lo imposible por conseguir lo que el pequeño detalló en la carta. Me ha tocado ver a papás cansados, con ropa de trabajo y con dinero que solo ellos saben el esfuerzo que les ha costado pero lográndolo.

Este año algo que noté fue que los niños volvieron a pedir juguetes y dejaron un poco de lado la tecnología, pienso que quizá se deba a que por la pandemia están aburridos de las tablets y los celulares.

Dannae Contreras

Viernes 7 de enero del 2022

Un voceador estaba sentado a un lado del puesto de café, hacía gestos con la cara, gotas de sudor caían por su rostro, no podía ni hablar, estaba a otro nivel completamente enchilado mordiendo una hamburguesa.

Comenzamos a reír y nos ofrecieron rajitas para nuestro pedido especial sorpresa; era el cumpleaños de mi compañero, así que me puse de acuerdo con nuestro vendedor estrella para que nuestra cena fuera diferente.

Decidí no echarle muchas rajas a mi comida porque bueno, me gusta el picante pero ¡no estoy loca!

Cuando estábamos en la oficina cenando, de pronto mi compañero comenzó a decir que efectivamente picaba mucho. Las quejas comenzaron a aumentar.

Caminó dando vueltas en un espacio de un metro cuadrado, moviendo las manos, sudando, hablando como Cadlitos, y con los ojos llorosos.

Quería grabarlo pero decidí que prefería atesorar aquel recuerdo solo en mi mente, como uno de los regalos de la vida, al estar botada de la risa.

Creo que estas cosas tan insignificantes son las más importantes en mi vida.

Brenda

Lunes 10 de enero del 2022

El sol al atardecer proyecta su sombra de luz; camino reflejado en el mar… destello final. Muerte asumida, final cotidiano, y certero. Como si fuera la primera y la última vez, ¿amanecerá mañana?

Horizonte ligero y delicado; contundente ilusión óptica.

El sol atardeciendo es un óvulo volviendo a su hogar. Retorno al origen, bolita de vida que se desintegra para volver a empezar.

Susana

Domingo 23 de febrero del 2022

Son casi las 7 de la noche, estoy a mitad  de la calle con mi papá y mis hermanos intentando arrancar la camioneta. Mientras mi hermano mayor está al volante el resto de nosotros estamos por detrás empujando. Es una camioneta 4 x 4 súper pesada, fácil la empujamos 4 veces, pero por fin lo logramos. Cuando arrancó hubo un grito al unísono de –  ¡A huevo! – pues ya teníamos medio pulmón de fuera.  Después de tomar aire y descansar un poco nos fuimos por unos postres y así fue un domingo de calidad en familia.

Ann

Lunes 31 de enero del 2022

Durante varios meses he pensado en dejar el trabajo. El ambiente no me gusta y me estoy estancando. No lo he hecho porque comencé a romantizar el tema de “trabajo es trabajo” “al menos tengo un ingreso” y demás cosas que tuvieron un fuerte lugar durante el transcurso de la pandemia. Si bien es cierto que la situación actual es muy difícil, y más si comparamos el salario relacionado con lo que estudié. Ganaría la mitad. Pero también es cierto que ya no quiero estar aquí. No me siento cómoda. No me apetece esforzarme más porque sencillamente me di cuenta que no soy yo el problema. No es mi impuntualidad porque cambié, ahora soy puntual y sigue igual. No es mi falta de atención, porque ahora anoto todo y todo sigue igual. No es la falta de organización porque ya sé priorizar y todo sigue igual… sencillamente ya no estoy cómoda aquí, ya no estoy creciendo y dudo mucho que se me brinde una oportunidad para cubrir un puesto más alto, y no por falta de capacidad, simplemente las oportunidades ahorita están con otro equipo. Así es esto de la política. O te haces de un buen equipo o te tiran a un lado. No importa cuánto me desgaste, la sensación de que ya no funciono aquí me fatiga el alma. No me deja fluir. Me asfixia. Ya no quiero estar aquí.

Tesa