El cine no podrá ser concebido nunca como un arte individualista

-El cine se hace en equipo- dijo un profesor en un día de clases en la escuela de cine; me puse a pensar en ese chiste que se cuenta por ahí, que compara a los mexicanos con cangrejos en un balde, cangrejos que intentan salir pero nunca pueden porque en lugar de ayudarse, se empujan entre ellos hacia el fondo. Si el cine se hace en equipo, ¿cómo es que se puede hacer desde el fondo de esa cubeta repleta de cangrejos que no piensan más que en sí mismos?

Esto resulta curioso porque el cine es una de las artes más nuevas, hay quienes dicen que es el arte del siglo XX, sin embargo su condición de arte colectivo desafía las condiciones de la individualidad que caracteriza a los seres humanos de la centuria pasada y de la actual.

El cine es en sí mismo un arte complejo, pero creo que se complejiza aún más debido a  su peculiaridad de arte colectivo. Sin el trabajo en equipo se hace casi imposible la realización cinematográfica. Aunque, como en todas las cosas, hay excepciones notables a la regla; recuerdo por ejemplo la cinta Upstream Color de Shane Carruth, director, guionista, actor, músico, cinefotógrafo y productor de la película.  Las nuevas tecnologías permiten en gran medida la adaptación a estos nuevos modelos de producción, que economizan los recursos humanos y económicos de la cadena de producción de una película.

En el otro extremo podemos encontrar propuestas súper radicales de este modelo de producción que se inscriben dentro del cine colaborativo, propuestas como la popular Life in a Day, donde administradores de YouTube pidieron a los usuarios grabarse haciendo distintas acciones durante un día en específico, material que fue después fue montado creando una línea narrativa; aunque la dirección del filme está atribuida al galardonado Kevin McDonald, me pregunto qué tanta autoría tiene él frente a la figura de todas las personas que mandaron su video, pero sobre todo frente a la del montajista que en este caso es Joe Walker, quien se encargó de todo el trabajo de unir y darle sentido al todo.

Sea como sea, el cine no podrá ser concebido nunca como un arte individual ni individualista, aún más; creo que su carácter colaborativo lo hace ser más rico e interesante que si fuera realizado por una sola persona. Los modelos culturales de hoy en día, en los que se enseña a los niños a pensar en ellos mismos y nunca pensar en el otro, no hacen más que meternos en un círculo que llegará a ninguna parte. Sin embargo pensar que algún día esta situación va a cambiar sería una mentira horrorosa. En las películas futuristas, siempre se muestra a los individuos por encima de las colectividades, sin embargo parece que olvidamos que juntos llegamos más lejos, aunque esto suene a frase de libro de autoayuda. Quizá les serviría de algo a esos cangrejos pensar en eso y darse cuenta que hay otras vidas intentando también salir de ese balde.

Fotografía 1: Por Injeongwon (Own work) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0) or GFDL (http://www.gnu.org/copyleft/fdl.html)], via Wikimedia Commons