¿A dónde llegan las ideas inconclusas? Debe existir, sin duda y por justicia, un paraíso para las salidas en falso que por un momento nos parecieron bellas y terminaron por ser nauseabundas.
A todos nos pasa, o al menos eso me gusta pensar. Si fuera distinto estaría ante un caso clínico de locura creativa o retraso manual. Mi argumento en la mesa parte de la siguiente premisa: la creación artística nace desde el desconocimiento. La ignorancia se convierte entonces en pieza fundamental. No saber resulta crucial. Si dejamos fuera el proceso de rastro que engendra el no saber, sin la posibilidad de dirigir la mente y la pluma a rumbos imprevistos no existiría la creación.
Intento explicar esto en medio de una plática de bar rodeado de cervezas calientes, colillas a medio fumar, y las notas de I Might Be Wrong como fondo. Puede tomar esto último, si así lo desea, como el chiste cruel y pretencioso que la vida siempre tiene en cada esquina.
Open up, begin again
Let`s go down the waterfall
Me distraigo con una de mis estrofas favoritas de la canción y la chica que tengo frente a mí decide interrumpirme, me dice que no está de acuerdo. Para ella lo fundamental en la creación es la pasión. Es el motor que mueve todo, dice.
Tomo un trago grande a mi cerveza (caliente), ella tiene una belleza natural en su mirada. La pasión no es otra cosa que ignorancia en su máxima expresión, digo mientras siento cómo aquel líquido horroroso se pierde en mi boca. Por ejemplo, si amas a alguien y lo besas lo haces con locura, besas, si lo haces bien, creyendo que tal vez sea la última ocasión, o peor aún, con la convicción de que tu vida depende de eso. Claro está que no tienes la certeza de que esto vaya a suceder, y ahí entra de nuevo el total desconocimiento carcomiendo y definiendo cada uno de tus movimientos.
Lo mismo pasa al escribir, si lo haces bien sientes que mueres con cada letra y nunca sabes con claridad el camino que estás tomando. Ruta que en muchas ocasiones termina por ser suicida.
What would i do?
What would i do?
If i did not have you?
Me dice que no me comprende. Me pierdo en sus ojos, son realmente bellos, y entiendo mientras habla que nunca la han amado así, o tal vez pueda ser algo peor, no se ha dado cuenta. La ignorancia de nuevo jugando un papel protagónico.
Decido marcharme, estoy cansado y normalmente estas pláticas me adormecen. Hoy no estoy para terminar hablando de Pessoa y todavía me duele la muerte de Parra.
Llegando a casa no puedo evitar abrir el cajón donde escondo, como si de un panteón se tratara, mis ideas muertas. Muchas hablan de ellas, amores mal logrados, o de noches que existieron en sueños y que cada día me cuestan más trabajo recordar.
Dentro de todos los papeles hay una historia que me ha soltado nuestra última carcajada (nuestra es un guiño, si usted no lo entiende no se altere, tan solo ignórelo). En seguida me dispongo a transcribirlo. Sean libres de juzgarlo, pero creo que es evidente por qué se encuentra en esa fosa común de historias que jamás fueron.
Mi abuelo tiene las manos de mi hermanita
Tenía las manos resequísimas, por eso decidí sacar mi crema de bolsillo. Al apretarla salió tal cantidad que tuvieron que pasar años para poder terminar de untármela. Al final me quedaron unas manos lindísimas. Por eso todos en el barrio me conocen como el anciano con manos de bebé.