La memoria tiene fuerza de gravedad, siempre nos atrae. Los que tienen memoria son capaces de vivir en el frágil tiempo presente; los que no la tienen no viven en ninguna parte

Patricio Guzmán

No sabría decir cuál es la diferencia entre la nostalgia y la melancolía. Decido preguntarle a uno de mis mejores amigos (sí, Google): dice que la nostalgia es el anhelo de algo pasado y la melancolía es el sentirse permanentemente triste o infeliz por algo; según un blog que me encontré por ahí, la melancolía es un estado de ánimo, mientras que la nostalgia es una “sensación buena”.  No sé si concuerdo con esto, para mí la nostalgia también es un estado de ánimo. Y la melancolía es tan válida como la nostalgia.

Creo que, muy en el fondo, todos nos sentimos algo nostálgicos, aunque sea durante un breve momento del día, quizá ese momento justo antes de que nos vayamos a dormir. Poniéndome a reflexionar, creo que el cine es el arte más nostálgico/melancólico que existe. Para mí es el arte de lo que no está, una evocación constante a los momentos y a las imágenes del pasado. Gracias al cine se cumple la profecía de “ver gente muerta”. El cine es siempre una mirada a un tiempo pasado, a lo que se fue,  lo que ya no existe.

Por esto mismo hay muchas películas cuyas temáticas mismas están enfocadas en estas sensaciones, quizá las más populares sean Melancolía del non grato Lars von Trier, los más adentrados en materia podrán estar pensando en Nostalgia de Andrei Tarkovski, película que hizo durante el tiempo que vivió exiliado en Italia. Sin embargo pienso al tiro en otra película que ha marcado mi vida, se llama Nostalgia de la luz.

Para hablar de esta película, me gustaría primero hablar un poco sobre un país muy extraño en el cual estoy viviendo desde hace tres meses. Es el país que está en la punta del continente, el más largo, pero el más estrecho de todos. La historia del cine en este país estuvo en coma durante casi dieciocho años; en más de una ocasión se ha sufrido por el presentimiento de su muerte. Pero a pesar de todos y todo, es un cine que se ha resistido a los años y sobrevive aún en las condiciones más inhóspitas, resurgiendo en ocasiones de algo menos que las cenizas. De todos los países de Latinoamérica que se vieron afectados por una dictadura a finales del siglo pasado, Chile fue el que la vivió por más tiempo; fueron unos largos dieciocho años en los cuales la mayoría de sus cineastas se vieron obligados a irse al exilio, teniendo una nostalgia permanente por aquella patria perdida y añorada.

Uno de estos muchos cineastas es el que nos justa el día de hoy: Patricio Guzmán. Aunque ha regresado varias veces a Chile, convirtió al exilio en su casa, y a su tierra natal en el personaje protagónico de casi toda su obra.

Es difícil decir de qué se trata Nostalgia de la luz. El título hace una evocación a las estrellas, que propiamente están muertas cuando nosotros en la tierra logramos ver su luz. La cinta consigue con maestría poética hacer una analogía entre las estrellas vistas desde el observatorio ALMA en Atacama, y los cientos de detenidos desaparecidos durante el régimen de Pinochet, cuyos huesos han sido enterrados en el desierto.

Me encanta una de las frases finales de la película que dice que “la memoria tiene fuerza de gravedad, siempre nos atrae. Los que tienen memoria son capaces de vivir en el frágil tiempo presente; los que no la tienen no viven en ninguna parte”.

Yo creo que el cine nos encanta porque nos atrae el pasado. En esta noche, en este mundo en el que el tiempo presente es tan frágil que es casi inexistente. Los dispositivos luminosos que nos rodean nos obligan a escapar todo el tiempo del presente, nos refugiamos en promesas del futuro o recordamos todo el tiempo, recordamos incluso hasta el presente. ¿Es que vivimos solamente para tener memoria de nuestra vida? O que ¿nadie muere mientras la memoria esté viva? ¿La memoria está viva? ¿Lo estamos acaso nosotros? O será que morimos un poco, día con día.

Fotografía 1: Bárbara Zepeda Eguiarte

Fotografía 2: Por ESO/Y. Beletsky (ESO) [CC BY 4.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/4.0)], via Wikimedia Commons