El ojo piensa,

el pensamiento ve,

la mirada toca,

las palabras arden

Octavio Paz

La fotografía, como la conocemos actualmente, es resultado de un proceso de constante cambio y desarrollo que ha llevado décadas.  Es un medio que es reflejo de las sociedades que la han adoptado y generado. Una entidad eficiente y coherente, una repetición fluida de imágenes del pasado, reales o no, que de manera consistente, han modelado de manera gradual y sutil cambios sociales y personales.

Desde su descubrimiento a principios del siglo XIX, la fotografía, que es un arte aún bastante joven, ofrecía un aire fresco y renovado de técnicas desconocidas por muchos artistas. A diferencia de la pintura o la escultura, ésta se componía de elementos presentes en laboratorios químicos o en boticas, no tanto en talleres creativos. En ese momento de la historia, más que pertenecer al arte, era la gran novedad de los alquimistas. Nunca imaginaron la trascendencia del descubrimiento de que las sales de hierro y de cobre, por ser sensibles a la luz del sol, podían producir imágenes. Esta es, tal vez, una de las serendipias químicas más importantes de la humanidad. Pero, ¿en qué momento de la historia dejó de ser una mera curiosidad y llegó a manos de los artistas?  

Por un lado, se convirtió en un singular punto de encuentro de poetas y narradores que encontraron un estímulo fecundo en las imágenes que aparecían ante sus ojos, historias hasta ese momento imposibles de narrar, metáforas estáticas de la realidad que ampliaban la estética visual con una trama y una tensión desconocida. ¿Cuáles fueron las consecuencias de este encuentro entre la narrativa y las vibrantes imágenes que iban  descubriendo? Las técnicas fotográficas, contemporáneas o antiguas, son tan variadas como las corrientes de la literatura, a veces tan diversas como los mismos géneros literarios. Romanticismo, realismo, expresionismo, surrealismo e incluso cubismo, la fotografía nunca ha sido ajena a sus cambios. Su carácter libertino entre lo efímero y lo eterno le da esa seguridad y facilidad para poder adaptarse de manera salvaje a los cambios sociales, e incluso catalizarlos.  

En la presente sección de Baladí no sólo hablaremos de las técnicas fotográficas y de las casi infinitas posibilidades de imagen que éstas ofrecen, también hablaremos de historia, arte, periodismo, y de cómo el fotógrafo y su oficio han tenido un papel protagónico en el desarrollo de la cultura como la conocemos. No es mi objetivo hablar de las imágenes con un carácter inquisitivo de crítico, sino, más bien, crear un diálogo entre lector y fotografía, hacer un recorrido diverso por las venas de las imágenes y sus creadores y redescubrir la conexión íntima de los sucesos que las produjeron. La fotografía, reconozcámoslo o no, es parte de nuestro mundo de manera más profunda de lo que solemos creer.